domingo, 22 de noviembre de 2009

EL CANTO


Hay un canto
que bendice la tierra,
la raíz del árbol milenario.
Soy una rama con esperanza,
con sonrisa y mi destino.
El otoño dibujó mi cuerpo,
llegaré al invierno crudo
y una flor de hielo
me adornará, blanca y pura.
Silenciosas, las flores, permanecen,
nada molesta su sombra,
la luz del sol las acompaña.
Estatura, cuerpo, fantasía
en el mundo.
La alegría del canto
bendiga mi vida.
Enero de 2009.-

3 comentarios: